28 de abril de 2008

Haiku II

La hierba y tú
ocasiones eternas
vistazo atrás

La ciudad nace
paraiso terrenal
solos tú y yo

Amor natural
poemas anegados
renacimiento

Tu amanecer
sabor apasionado
volver a vivir

Haiku I

Buscas y no ves,
sin aliento, y al final,
¡el arbol rojo!

Una tarde especial

Quisiera agradeceros a todos la tarde tan especial que compartimos el viernes pásado 25 de abril en el parque del Príncipe. A pesar de que la mayoría os inquietaba el modulo de poesía, la verdad es que me siento muy satisfecho. Todos os habeís implicado en el contenido de los talleres. Y creo que llevais dentro un poeta por conocer (hasta los que os considerábais más escépticos).
Espero que el cierre del modulo con el taller de poesía japonesa y el recital de poesía os haya gustado. Yo, por mi parte, he de confesaros que fue muy agradable compartir con vosotros esa experiencia.
Ya veis que la creación poética es apasionante (una continua dialéctica entre el corazón y la cabeza, ¿verdad, chicos?). Espero que hayamos también desmontado algunos mitos sobre la poesía y los poetas.
Bueno, cuelgo algunos de los haikus de los compañeros. Y nos vemos en el siguiente modulo sobre el guión cinematográfico.

21 de abril de 2008

Prosa poética III

Hojarasca, todo es hojarasca. Hojas muertas y secas. Todos los momentos buenos o malos son pasajeros, así que no me hables de vida, háblame de hojarasca. El tiempo es efímero así que no me hables de alegría, háblame de hojarasca, háblame de hojas muertas y secas.

Prosa poética II

Soles apagados por lágrimas de tristeza. Estrellas perdidas en la oscuridad espesa. Nubes oscuras amenazan tormenta, preparate porque la lluvia será densa. Escondido detrás de las cortinas, por miedo a no enfrentarse a sus medicinas. Preparate para lo que venga, no sufras por lo que no tengas. Escucha atentamente a tu alrededor y podrás conocer a los [que] quieres mejor. Escucha inteligentemente y aprenderas a hablar sabiamente.

Prosa poética I

Ya no hay paisaje, ya no hay camino, ya no hay vereda, ya no hay pinos. El viento se lo ha llevado dejando la tierra seca y desnuda. No está la casa, ni tampoco los vecinos, el viento lo ha arrasado todo a su paso cuál huracán sin destino. No está el corral, no está la cuadra, el viento todo a su paso lo arrasa. Ya no hay paisaje, ya no hay camino, ya no hay vereda, hoy ya no hay pinos.

Cuando sentía

Sólo siento que no siento.
Cuando sentía el rumor de las hojas
de los eucaliptos;
y las poesías de Juan Ramón, que leía
en el sillón de mi habitación,
mientras veía caer la tarde por la ventana.
El viento que mecía suavemente las espigas;
un amor platónico con el que tanto
disfruté en la imaginación;
la luz intensa de las tardes de verano
sobre las grandes hojas de ficus de mi balcón;
y aquel violín melancólico, que con su
arco, pareciese que rozara ligeramente mi corazón.
Y recordar todo esto, y casi, no sentir
nada, sólo una leve tristeza.
Ahora me viene una pequeña ilusión de
que tal vez, algún día vuelva a sentir.
Mi mente ya se agota, ya se apaga,
de este gran esfuerzo...
Sólo siento que no siento.