30 de marzo de 2007

Al teatro otra vez

Y volver, volver, volver… me parece que hoy no me he pintado muy bien. Llevo más de media hora y no me han echado nada, ¡ni si quiera se han parado a mirarme! Mmm, una niña, le voy a guiñar un ojo a ver si me echa una monedita. Creo que esta semana voy a pasar más hambre… me vuelvo al teatro… pff! Lo que faltaba, se pone a llover. Mañana más, a ver si por lo menos he sacado para 1 café…


29 de marzo de 2007

Directica de la Habana

Cuando llegó al pueblo no sólo trajo ese contoneo de caderas adornado de tantos colores que envelesaba a los hombres y escandalizó a las más beatas. También trajo con ella una forma de vivir que aquí siquiera se conocía, y fue ella quien nos presentó esas libertades que sin saberlo necesitábamos hace tiempo.
Cuando por las tardes salía a pasear con u libro bajo uno de sus largos brazos atravesaba la plaza tatareando alguna canción de su tierra, todos la mirábamos extrañados... y las más viejas decían: "¿Andé irá como una espantaruja, con tanto colorao pa' irse paí sola a leé!"
Los jóvenes decían que dañan cualquier cosa por tener esa boca grande cerca de las suyas y que Leopoldo tenía suerte por dormir apretado a esos pechos tan erguidos y tan morenitos. Y no paraban de recordar como bailó en la bervena de las fiestas y "como movía su culito respingón".
Pero quien acertó fue Don Paco cuando una vez alguien en clase le preguntó: "¿Una puta es una mujer negra que se viste siempre de colorines y que tiene las uñas largas pintadas de rojo?" Don Paco se quedó un largo instante parados con una caja alzada y le dijo: "Tú o quien quiera que haya dicho eso, no sabe lo que está hablando. ¡¿Es que no tenéis ojos!? ¡Esa mujer es una diosa!
Y vaya si lo era, yo lo supe cuando "vino a echar un ratico con la vecinica". Y me la encontré allí, con sus piernas larguísimas sentada en la amaca, frente a mi madre. Por entre sus sandalias negras de plataforma asomaban unos pies más bien grandes que supe que pertenecían a unos pasos seguros y tan sensuales como sus largas pestañas peinadas que exageraba su mirada altiva.
Llevaba una camiseta amarilla que se adaptaba a su lindo cuerpo y esculpía así unas formas redondeadas que convivían en plena armonía, el short fussia parecía aumentar esa hermosa curva tan deseada y odiada a la vez.
Cuando dio la primera calada al cigarro pensé que nunca vería nada igual; el cigarrillo rozaba las uñas rojas, con uno de sus lentos movimientos se lo llevó a la boca apoyándolo en sus gruesos labios pintados también de rojo pasión, echó el humo sin cerrar demasiado la boca, y así se dejaron entrever unos dientes casi perfectamente enfilados.
¡Le inundaba la expresividad! Tenía gestos para todo, me encanta recordar como se le abrían las aletas de su nariz tan chata, y sus ojos de un marrón más clarito que su piel se le abrían también exageradamente, como cuando le dijo a mi madre: "Si, vine directica de la Habana. Y pa' aliviá el dolor de la añoranza... ya tú sabes, pues mira que yo lo alibio con las novelas de Zoe Valdés y la música de Gloria Estefán. Y sobre todo bailando; bailando mucho..."
Me encantaba su pelo, siempre lo llevó cortito, ¡aquella cabecita llena de ricitos minúsculos! Pero, sobre todo, adoraba su piel mate, sin a penas rastro de vello y envuelta en esencias que vendrían de tan lejos...

26 de marzo de 2007

Lentejuelas rubias

Estaba en un bar sentado, miré la mesa y había una mujer rubia y dos cubatas a la izquierda. Eran las 5 de la tarde y llevaba un vestido de fiesta... Pero qué me estaba pasando, lo último que recuerdo es que estaba en la estación, quería encontrarlo mas el día estaba todavía con sol.
Se hacía tarde y daba palos de ciego, así que me fui a la playa y estuve jugando con una tortuga.
Como a las once y cuarto de la mañana, fui hacia la ventanilla de billetes, de camino me encontré a la mujer del vestido de fiesta que se acercó y preguntó: -¿cuál es el tren que va a la luna?- Uppssss! Qué ingenua, nunca llegará a la luna, cogió la salida equivocada. Decidí seguirla pues aquella mujer me intrigaba mucho. La seguí por las puertas, no podía perder de vista aquel vestido de lentejuelas rojas; tropezó y casi se cae por las escaleras eléctricas. Allí estaba yo para socorrerla, ágil...rápido, tengo reflejos y en los deportes soy el uno, además vivo en el número 8 y soy más chulo que el... De repente la veo entrar en el servicio y después de esperar media hora, aparece sin la melena rubia y en bata. Resultó que esa mujer no era rubia sino pelirroja e inventó una forma de transformar la realidad, confundirme y jugar conmigo.

Don Pedro Poblador

Cuando fui consciente de esas manos que me achuchaban de esos labios que me daban besos en los mofletes, me mordían, me tiraban pellizcos, yo era muy pequeña, apenas tres añitos y todavía no había asimilado que aquella figura alta y delgada que me llevaba agarrada de la mano y me compraba chupachus, era el que más tarde llamaría afectivamente abuelito.
Mi abuelo era un hombre alto, delgado, en este término de la descripción contaría unos sesenta años, yo ya era un poco más mayor. Todavía contaba con pelo, aunque yo con unas entradas notables y un claro en la coronilla que le daban que le daba un toque gracioso. Tenía algo de joroba lo que le hacía andar pausadamente y con pasos cortitos. Su figura se alargaba con la sombra, con unas extremidades grandes y una cabeza más bien pequeña, lo cual me hacía sentir miedo de la sombra de mi abuelo.
Su oficio, practicante, del cual se sentía muy orgulloso, porque allí en sus comienzos le había costado sudor y esfuerzo sacarse su carrera. Cuántas veces me contaba, que, al morir su padre, su madre y él, familia humilde, se tuvieron que hacer así mismos. Así mi bisabuela, Rosa tuvo que emplearse como cocinera en casa de unos señores acomodados, mientras él trabajaba de peluquero y se sacaba sus perrillas combinando así su trabajo con los estudios de bachillerato que estudiaba con los libros que le prestaban los señoritos, y así se fue sacando los títulos hasta que consiguió el título de Practicante, que para él fue como si hubiera sacado el de Medicina, antes de la guerra, en la República en tiempos revueltos, en lo que el además no bailaba con el Gobierno en el poder. Empezó a ejercer, le enviaron a un pueblecito muy cercano al nuestro, donde vivía nuestra abuela. Fue conocerse y enamorarse; el abuelo era muy pasional y la abuela también. No esperaron mucho en conocerse y se dejaron llevar por el amor que les llamaba, como consecuencia un embarazo y papá que venía al mundo en plena guerra civil, mientras el yayo estaba en combate por las filas nacionales.
Más tarde, ya más mayor cuando contaba sus batallitas de la guerra y siempre fiel al Régimen con quién luchó, suavizaba un poco las cosas con la Monarquía, siempre monárquico él, solía decir que nuestros reyes eran los mejores del mundo y que si ellos consentían la Democracia, es porque eso era algo bueno para el pueblo.
Buen tertuliano, le había gustado a mi abuelo reunirse con sus amigos de vez en cuando en los bares y contarse sus aventuras, sus cuentas corrientes y otros devenires; buen comensal y amigo del buen vino. Una vez al mes o así mataban un cordero que regaban con un buen vino. En casa le gustaba comer bien; el desayuno a la inglesa (huevos, beicón, cereales, café y para comer no despreciaba un buen cocido. Ahora eso sí, no le he visto engordar con su buen apetito apenas. Tal vez lo gastaría en sus paseos para arriba y para abajo por el pueblo visitando pacientes, él era especialista en enfermedades infecciosas, tal vez se le acumulaba el trabajo. La verdad es que recuerdo que le llamaban a todas horas del día, hasta por la noche, por aquel entonces no tenía horario. Trabajo no le faltaba.
Su cara aguileña, cejas pobladas, barba fuerte, ojos vivarachos, nariz aguileña, siempre oliendo a aftershave y su boina negra, era su reliquia.
Era un gran refranista mi abuelo. Sabía cientos de refranes, al final del día se despedía con el consabido "cada mochuelo a su olivo". A los pacientes les contaba montones que me contaban a mí .
También recuerdo su capacidad para la escritura. Tenía su escritorio con sus sobres y folios impresos con sus nombres, dirección, número de afiliado al cuerpo de ATS, pueblo, provincia... para mandar sus cartas oficiales y extraoficiales. Le encantaba escribir.
Otra de sus ilusiones era el gordo de Navidad. Desde que era niña sabía que mi abuelo compraría un cupón o dos cupones del gordo y hacía participaciones entre sus más allegados para que en caso de tocarle, hubiera más ilusionados con sus cupones. Toda su vida estuvo ilusionado con que le iba a tocar el gordo. Al final no le tocó.
Con el dinero Don Pedro era entre generoso y agarrado aunque por naturaleza era agarrado. siempre ayudó a sus hijos cuando lo necesitaron, quizás más de lo que pudo. A nosotras nunca nos faltó de nada.
Desde joven estuvo ahorrando para comprar un piso a cada hijo en Cáceres y lo consiguió siendo aún no muy mayor, a base de ahorro y ahorro.
Pero cuando me le siento yo a mi abuelo a mi lado son esos momentos bajos y oscuros porque él en esos momentos cuando empecé con mi enfermedad se acercaba a mi cama, me agarraba con sus manos huesudas y yo le preguntaba: "Abuelo, ¿qué me pasa?". "Hija, tienes una depresión", "Y, ¿qué es eso?" Y el abuelo me lo explicaba con cariño y con esmero. "Pero, abuelo, es que no puedo dormir y no puedo respirar..." "Eso es la ansiedad, hija. Tomate las pastillas y verás como duermes", "Tengo miedo, abuelito", "Yo me quedo contigo hasta que te duermas". Y se quedaba conmigo y para mí su mano era el mayor tranquilizante. Me quedaba dormida y algunas veces despertaba y ya estaba amaneciendo y ahí estaba mi abuelo, todavía en la habitación roncando junto a mí. "Abuelo, vete a dormir". "Estas bien, hija". "Sí, ha he podido dormir un rato". "Pues a seguir durmiendo". "Duerme tu abuelo".
Poco años después murió la abuela y todos la lloramos. Fue un golpe duro para él que tanto la quisiste, te fuiste deteriorando, te quedaste ciego, apenas andabas. Yo cuando iba a verte a la casa de mis padres no hacía más que besarte porque quería que sintieras el calor humano que había sentido junto a y le abrazé durante tantos años, pero tú aunque no me veías, me reconocías y decías: "Blanca Inés, ¿estas aquí?" Y te comprabamos gusanitos de maiz y caramelos y eras tan feliz como un niño.
Te daba de comer y comías bien, pero tu color se había ido, estabas blanquecino. Te estabas apagando poco a poco.
Hasta que un buen día te cogiste un resfriado y el resfriado se convirtió en una neumonía y ya nada pudieron hacer por ti.
Adios, Abuelo, donde quiera que estés, este es un homenaje de papel para ti. Cuidate y cuida de la abuela.

22 de marzo de 2007

Duendes

María miraba extasiada aquella réplica del siglo XIX. Filipo se tendió junto a ella y entre esos cojines tan añorados ahora, le dijo: "Yo he estado montando en esa barca". María miró en perfil y en aquel momento descubrió tanto que no pudo darse cuenta como llegó a aquel bosque que parecía camuflar cientos de miradas y cuchicheos.
De repente alguien saltó de un árbol... Y pensó que por fin era Filipo, pero le recibieron dos ojos minúsculos coronados por dos espesas cejas, una nariz y una barbilla respingona y una boca enorme que no paraba de reír al compás de los brincos de una piernas regordetas. Pero lo más llamativo fue su cuerpo, parecía no pertenecerle... No paraba de corretear a mi alrededor sin olvidar sus risotadas... Y María deseó que se le cayese el sombrero rojo que llevaba, pues estaba segura que bajo él habrían dos orejas tan puntiagudas como sus zapatos. Intentaba quitárselos, ¡pero el spriggan era tan escurridizo! Jugueteando Kay le llevó hasta un córcel hecho de juncos y ambrosia, le dijo las palabras mágicas y después de mucho galopar llegaron al poblado, María se encontró ante cientos de minúsculos moradas rodeadas de árboles que parecían participar en una secuencia de alguna danza protagonizada por ellos, y por la linda melodía que envolvía todo aquello. María se dio cuenta de que su amigo se había convertido en algo tan minúsculo como aquellas moradas. Él le dijo: "A todos os pasa lo mismo, cuando llegáis aquí... ¡os encogéis! A mi me pasa lo contrario cuando defiendo uno de mis muchos tesoros enterrados. Entraron en el hongo y las recibieron una regordeta duende que preparaba una aromática infusión, y un muchacho tocando una flauta, que según le explicó Kay la fabricó un tatarabuelo. Tomaron una infusión mientras charlaban: el muchacho les contó que habían enbotellado a un vecino. "Un knockers tenía que ser! dijo Kay, después le preguntó que si ya tenía el nudo y la melodía. "Es que María, mi hijo se ha enamorado de una brownie, y ya sabes, tiene que regalarle la rosa con el nudo en el tallo y además, demostrar que haces bien un oficio, somos músicos de siempre, ¿sabes?"Aquel trasgo parecía tan emocionado, con una rosa, una flauta, sus caracolas adornando sus orejas y su pelo enmarañado... le trajo el recuerdo de Filipo y quiso encontrarle, se despidió y Kay le llevo justo donde la encontró. María se despidió diciéndole a Kay: "Ya sé que por aquí tienes un tesoro". "No uno, muchos, muchísimos. Pero tú también tienes uno: estás invitada a una boda".
Buscó un río pero se le hizo de noche sin dar con él, hasta que vio un reflejo de una luz, y recordó que la barca del cuadro tenía una vela, fue hasta allí y se encontró con una cara apacible, en espera. Y María quiso abrazar esa sonrisa, y esa espera, y esa aventura. Se montó en la barca con él, encontró en su bolsillo dos caracolas, se las enseñó a Filipo; rieron y se hicieron el amor; Filipo, María y la rosa con el nudo que les regaló la magia de los duendes.

Un viaje hacia el futuro

He dormido profundamente esta noche. Caí agotada en la cama después de un día como otro cualquiera, es decir, con las obligaciones propias de una adolescente de catorce años y, como siempre, con la algarrabia correspondiente a un hogar lleno de gente: ruidos, agobios, tensiones... pero también momentos tiernos e inolvidables.
No sé que decir de mis sueños; sólo puedo decir con unas cuántas palabras que mis ensoñaciones me llevaron por caminos inesperados, más allá, creo a mi parecer, de la imaginación humana, y digo esto porque sé que no lo soñé. Fue real como la vida misma.
El día fue amaneciendo al tiempo que mi organismo se despertaba de dicha noche eterna.
Abrí los ojos timidamente al tiempo que vislumbraba la tenue claridad de lo que supuestamente salía de un panel geotérmico. Debido a ello pude comprobar que los tonos de mi habitación no eran como antes. Iban del gris oscuro al azul marino pasando por el negro y el plateado.
Desde luego esa no era una habitación para personas con poca autoestima pero, como todas las cosas, supongo que todo tiene un porqué.
Me levanté de la cama con una sensación de contrariedad decadente al tiempo que me sentía frustrada por mi pasado y por mi presente.
Estaba tan absorta en mi propio mundo que no me dio tiempo de ver la imagen de una mujer de veinte seis años en la pantalla tridimensional activada digitalmente que había delante o en frente de mi cama.
Cuando me enteré, pronto me dí cuenta que entre ella y yo había una intensa telepatía, ya que ella hablaba en una extraña, culta y refinada lengua extranjera que tal vez fuera el idioma polaco y yo era una simple chica española que captaba todo lo que ella me decía.
Por ella comprendí que estábamos en el año 3127, en una gran urbe centroeuropea llamada Ingoldstadt, la cual controlaba los movimientos de gran parte de Europa, sino de toda entera.
Ya en esos momentos tan significativos para mí, me recorría un sudor frío por la espina dorsal de la espalda y que se me irradiaba a la frente. Me encontraba bastante desorientada.
Ella siguió hablando. Entre otras muchas cosas me dijo que era mi logopeda personal, que estaba encantada de conocerme al fin, por primera vez y que esperaba de mis grandes resultados a nivel evolutivo y de otras muchas más cosas.
En esos momentos sentí unas náuseas que me invadieron todo el cuerpo. Sólo puedo recordar que en los segundos en que perdí el conocimiento únicamente me dio tiempo a darme cuenta de que el suelo era de un color indescriptible y translúcido y que en el mobiliario predominaban las formas rectas, sobrias y cuadrangulares, perfecta y como si de una operación matemática se tratará; líneas eternas, ecuaciones exactas.
Una situación inamovible en la que me quedé estancada, como si de aguas residuales se tratara en la que, mi mente, como invadida, aprisionada por una espesa e indeseado color negro, se cercioraba cada vez más de que tenía que salir de ese estado.
Ya, al cabo de las dos horas después de seguir en la nada, en el infinito, volví a sonreír oyendo la áspera risotada de mi abuelo en el salón de mi querido, lleno de gente y siempre hogar de antaño.

19 de marzo de 2007

Anochecía en el parque

Anochecía en el parque, el viento calmado dejaba las ramas de los árboles y arbustos en la más serena quietud, la temperatura era digna de un buen helado de limón, el cielo demostraba en su color de atardecer la llegada de la primavera. Duró un flash, solo lo captó la cámara; tres círculos de luz y en el medio como un foco encendido, encima de éstos una pequeña sombra. ¿Un O.V.N.I? (Objeto Volante No Identificado) ¿efecto del flash? (habrá que consultar a un experto en fotografía).

El rompecabezas fantástico

Bienvenido al mundo de las formas, de los colores, de la sintonía con la calma y el buen humor. En este mundo todo es fantasía, no existe la cruda realidad.
Yo he viajado hoy a ese mundo, un mundo en el que para llegar solo necesitas tres elementos, alegría, gracia y un poquito de salero. En este mundo tan fantástico y maravilloso no todos pueden entrar, los pesimistas ni siquiera lo conocen, los realistas se quedan con un pie dentro y otro fuera y los soñadores somos felices cuando sin darnos cuenta entramos en este mundo.
Es difícilmente describible porque solo una vez cada mil años todos se ponen deacuerdo en que el mundo fantástico es de tal manera o de tal otra, así que contare como es cuando yo voy solo para que os hagáis una idea.
Aquí en este mi mundo fantástico todos se pasan el día tocando las palmas, a cada palma que dan sus manos salen palomas blancas como la nieve, todo el mundo esta siempre bailando y cantando, cada vez que alguien se arranca es por alegrías, todos los personajes que de pequeños han sido mis ídolos vienen a verme haciendo uso de sus mejores cualidades.
Cuando chasco los dedos de mi mano derecha aparece una nube tan perfecta como la de un dibujo animado y solo tengo que chasquear los dedos de mi mano izquierda para que el sol la caliente y la haga llorar de alegría para que así salga un arco iris perfecto que me lleva a otros mundos tan fantásticos como el mío, se que estoy en otros mundos porque aunque no hay tanta fiesta como en el mío si que hay algo que los comunica, amplias sonrisas.
En este mundo todo brilla pero nada deslumbra, nunca hace calor tampoco frío, hay una temperatura que no conoce de grados porque simplemente es la temperatura perfecta.
Cuando voy andando no lo hago con los pies sino con la mente, es mas realmente no voy a ningún lado, son las cosas que yo quiero las que vienen a mi, será cuestión de costumbres porque voy al mundo del atleta allí todo el mundo iba corriendo yo no lo entiendo pero es su mundo y no el mio no tengo porque juzgarlo, en todos los mundos hay un dicho, cada uno en su mundo y la sonrisa en la de todos, mas que nada para que a los que no nos gusta mucho andar no nos sintamos mal cuando vayamos al mundo del atleta y veamos que allí todo el mundo corre y no nos sintamos mal por no hacerlo, solo hay una cosa que no me gusta de este mundo fantástico en el que todo va rodado y el que todo vale, no es eterno, siempre se acaba, una voz muy fuerte, una mentira o un silencio hacen que todo este mundo se valla al cuerno, yo no soy conformista siempre quiero estar feliz y busco quedarme allí sea como sea cuando veo que este mi mundo fantástico se va a acabar llamo a sherlock holmes y le digo que me enseñe trucos para averiguar que es lo que me empuja al aburrido mundo real, él, con el humor tan suyo que tiene, saca una inmensa lupa muy muy grande y me la entrega y después desaparece, al principio no lo entendía pero creo que lo que quiere decir es debo poner toda mi atención en ese milisegundo antes de volver a la que yo he bautizado como puta realidad para así darme cuenta de q es lo que ha cambiado y que es lo que hay que cambiar para volver a ese mundo fantástico, tengo varias letras que han aparecido en mi bolsillo cuando he vuelto a la puta realidad, he conseguido juntarlas en palabras, creo que lo que tengo que hacer es una frase con todas ellas, las palabras son SUEÑAS, DESPIERTO, CAMA, DORMIR, pero le hecho muy pocas horas a este rompecabezas y no consigo descifrarlo, hoy he juntado dos palabra mas, MUSICA y ESCRITURA, creo que voy a empezar a incluir estos aspectos en mi puta realidad.

15 de marzo de 2007

Reflexión agónica

Estoy en la cama, tengo los ojos abiertos, observo dentelladas de luz en mi retina, me he acostado con un dolor de cabeza que no me deja pensar, oigo un clak, clak, clak, es mi cerebro, lo siento como una pasta compacta y sin vida que sigue el compás descompasado de un corazón podrido, estoy hecho polvo. Intento dormir pero el dolor es muy grande, estoy hueco por dentro, no corre sangre por mis venas, tan solo un líquido negro y espeso, mi cuerpo ya no quiere regenerar, ha decidido después de muchos avisos que antes de morir debo sufrir por el maltrato al que le he sometido durante todos estos años. Me siento ansioso y asustado, mis huesos empiezan a doblarse como una cerilla que se consume.
Cierro los ojos, con fuerza, intento dominar la situación pero ya no puedo, estoy totalmente hecho un verdadero asco, pienso en Dios y pido con las pocas fuerzas que me quedan que alguien me de muerte de una vez, ese seria el mejor milagro. Mientras tanto mis brazos y piernas se han dormido, no los siento, no quieren responder, si me tirasen del brazo estoy seguro que se separaría del cuerpo. Cojo aire ya desesperado, todo el que puedo, e intento llevar las pocas fuerzas que me quedan a una mano que vagamente quiere despertar, flácida, entumecida y totalmente amorfa, no puedo mas, quiero que el dolor acabe. Me llevo la mano a la cara para llorar de dolor, ni siquiera sale una lagrima estoy seco, solamente siento el descanso de haber llorado. Afuera un perro ladra, sufro un espasmo que lanza al aire mis extremidades, si voy a morir ¿porque no hoy?, ¿Porque no ya?, la única esperanza que tengo es que explote el butano o que el piso se venga abajo, hace poco pensé en el suicidio pero no lo veo bien, solo seria un empujoncito, pero no tengo ni valor ni fuerzas para hacerlo, me engaño pensando que tal vez esta agonía pueda servir para que alguien se replantee su forma de vivir. Elegí alguna vez una muerte solitaria, no lo creo.

¡Vaya excursión Sofia!

Le encantaba los animales, pero su última y más escamosa mascota, le costó una multa de quitar el hipo.
Era un día de primavera de esos días que hace tanto calor que la gente ya sale en manga corta, pantalones cortos, tirantes... ropa de verano, así que decicidió llevarse a Sofia a pasar el día en el campo. Cogió su maletín de trasnporte ya un poco viejo pues era de una antigua compañera de Sofi, y la metió en el coche, también su comida, agua y demás, ya que tener una mascota de estas características requiere muchos cuidados, una vez todo dentro, pusieron rumbo a alguna verde pradera donde Sofia pudiera estirar sus cortas patitas, dar unos coletazos con su larga cola y tomar el sol, pues le chiflaba.
Casi a punto de llegar al lugar donde Sofi iba a retozar, ésta se escapó del maletín y apareció en los pies del asiento del copiloto, al verla se agachó para intentar cogerla y en ese momento pasaron los verdes, pensó que no le habían visto, pero lo que no habían visto era conducir a nadie. Dieron la vuelta y le hicieron parar en el arcén, al bajar las ventanilla, me saludó y pidió los papeles un guardía civil muy educado:
_Buenos días, ¿me deja usted su documentación? ¿Sabes usted que no se pueden llevar las mascotas sueltas? Y mucho menos si es un saurio - dijo con tono sabiondo.
_Sí, si lo sé, se ha escapado, iba detrás en su transportador.
_Salga del vehículo comprobaré sus facultades -volvió a decirle en un tono de superioridad casi interrumpiéndole.
Antes de que le diese tiempo a abrir la puerta apareció el compañero con un aparato que más tarde reconoció y no fue por las palabras del primer picolo:
_¡Ah! Tras el capilarimetro, si, mejor le hacemos la prueba del alcohol directamente -vuelta otra vez ese tono de sabio.
Se dedicó a soplar cuanto le dijeron, sabía que iba a dar negativo.
_No va usted borracho, tiene los papeles en regla pero circulaba sin cinturón de seguridad y además también le podría multar por conducción temeraria -seguía con su tonito.
Eso sí que sonó con chulería,
_También le podría multar por... -así que le dijo:
_Pues pongame la que menos cueste-.
El guardia no dijo nada, le puso la multa, se despidió y se marcharon.
Cuando miro la multa y vio su iguana encima del asiento del copiloto sólo pudo decir:
_¡Vaya excursión Sofia!
(la pobre Sofía, que culpa tendría)

14 de marzo de 2007

Diálogo entre el papel y la tinta

Cerré los ojos y al abrirlos me imaginé a mi folio hablando en animada conversación con el bolígrafo.
TINTA: He aquí que nos vemos otra vez juntos después de hacer poco ejercicio juntos últimamente.
PAPEL: Pues sí; y te echaba de menos con toda tu aspereza y esos garabatos que me hacen tanto daño, y a la vez tanto, placer.
TINTA: Yo procuro escribir suave y no hacerte daño, la fuerza es de la mano de nuestra escritora, ya sabes, que, a veces se emociona y hace que me desbloque.
PAPEL: Para mí es un placer que mi espacio en blanco lo lleves con palabras cual pintura, como si un lienzo lo llenarás de colores y compusieras un cuadro. No niego que me hagas daño con tus borrones, con tus apartes, con tu letra un tanto deformada e irregular, pero me gusta sentirte vibrando dentro de mí, llenando mi espacio, dibujando mi cuerpo, en realidad no sería nadie sin ti.
TINTA: Y yo sin tí, ¿qué sería de mí sin tí? Sin tus espacios blanquísimos donde deslizar mi cuerpo y darte forma.
PAPEL: Yo lo que no comprendo son las veces que me maltratas y es cuando estas aburrido o no tienes ganas de crecer y te dedicas a emborronarme, a escribir rayón tras rayón. Entonces me desconciertas, haces que mi espacio vacío se convierta en una figura de expresión vacío se convierta en una figura de expresión vacía, sin comunicación. Eso se lo cuento a un niño que está dando sus primeros pasos con las escrituras, pero a tí, que eres capaz de crear hermosas piezas, no. En esas ocasiones me siento incomprendida y me entra ganas de llorar y me gustaría que alguien me invitará a un avión de papel para tirarme por los aires y poder volar y alcanzar la libertad.
TINTA: Yo también me siento muchas veces mal y es cuando la escritora no se sienta a agusto con lo que ha escrito y nos tira a la basura. No sé si lo siento más por ti o por mí, por mi parte gastada o por la tuya gastada del todo.
PAPEL: ¡Oh, sí! Entonces arrojada o partida en pedazos. Esperemos que al menos sea ecológica nuestra escritura y nos tire en el enclave del reciclaje de papel.
TINTA: En fin, con todos nuestros achaques debemos dar gracias porque somos instrumentos de la creación escrita y gracias a nosotros y a las "musas" o como las quieras llamar, con mucha tinta y mucha fusión, se ha escrito muchos libros, verdaderos tesoros de nuestra cultura.
PAPEL: Si, eso es inegable, nuestro amor se perpetua en el tiempo y nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos seguirán nuestros pasos y estos jamás acabará mientras haya una historia de hambre entre un folio de papel y un bolígrafo con tintas con ganas de contar una historia.

12 de marzo de 2007

Hielo

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Alonso Buendía había de recordar aquella tarde remota cuando su padre le llevó a conocer el hielo. Desde muy pequeño había soñado con las puntas ribeteadas de un blanco neval que encerraban el valle, siempre soñó con llegar a la cima de una de aquellas mastodónticas cimas y gritar ¡eureka! cuando hubiera conseguido coronarla, por fin ese día llegó, el día que su padre decidió llevarle por primera vez a conocer el hielo. La noche anterior apenas durmió de la ilusión. La expedición salió por la mañana y estaba compuesta por él, su padre, y unos cuantos compañeros de su padre aficionados a la escalada. Marcharon durante horas, llevaban el equipo completo de escalada y víveres suficiente poco a poco los montañeros como una serpiente se movían y oscilaban zigzagueando por el robledal que se encontraba a las faldas de la montaña, preogresivamente fueron avanzando escalando con calma las primeras paredes, mi corazón casi estalla de emocional verme colgado de una de las paredes, sólo sujeto por un arnés y una cuerda, un paso aquí, una mano en la abertura, una mala posición y la cuadrilla entera caería, no obstante seguí avanzando sin miedo confiando en los expertos pasos de mi padre que era el primero, poniendo el pie donde él lo ponía, e igual con la mano, llegamos a la primera esplanada. Uno de los amigos de mi padre dijo:
_Aquí montaremos el campamento base_ y luego me señaló y dijo_ el joven se queda aquí es inexperto y podría hacer fracasar la expedición.
Sentí una profunda desazón y miré a mi padre que contestó:
_De ninguna manera, mi hijo viene conmigo_ dijo él.
_Pero atrasará la expedición _dijo otro.
_ Olvidas que lo importante es llegar no cuanto se tarde _sorprendí a mi padre hablando como un experto compañero tanto que ninguno de los demás le respondió.
De todas formas el campamento base se instaló allí, y acometimos la segunda gran pared que subir era muy cansado, estaba cubierta de hielo, esta vez fui en primer lugar porque era el menos pesado así si me caía los demás podrían levantarme sin problema. Fijé mi mirada en la pared de hielo que tenía cerca de mí, utilicé el gancho y las zapatillas de clavos y empecé a subir, era una tarea muy pesada, notaba que mis fuerzas disminunían con cada paso miré hacia arriba y todavía quedaba una amplia extensión, por fin mis manos y pies fallaron y me caí al vacío, una rápida sucesión de imágenes pasó por mi mente en un solo segundo comprendí que iba a morir hasta que una fuerte mano me asió, levanté la cabeza y era mi padre, no pude más que darle gracias al cielo.
Tras dos días llegamos a la cumbre y mi sueño se cumplió, grité con fuerza:
¡Eureka!

Más que zarpazos

No más saber que aquel era el día lo preparó todo y se fue; cuando salió de casa había demasiada niebla y se dio cuenta de que había olvidado el guante de la mano izquierda. Volvió a entrar y se encontró recién levantado a este que un día quiso tanto... él no más que le dedicó un insulto.
Lucía llamó a un taxi que le llevó a la estación; apenas salían autobuses para la capital... esperaba llegar para ver Granada todavía con sol. Era muy importante, pues le atormentaba la idea de que era una forma de huída. Y si la ciudad la recibía con luz tendrá mil motivos para quedarse. Antes de ir al hotel fue directa a comprarse una tortuga. Como a las once y cuarto llegó a su habitación con ese animalito, que aunque ausente le había enseñado tanto. Llamó a recepción y preguntó si tenía algún recado. El Doctor Soriano había llamado, almorzarían al día siguiente para fijar el día de su incorporación.
Lucía no pudo dormir pensando que por fin iba a ejercer, siendo ahora más consciente de los jirones de su alma. Salió a las 9 con tanta emoción que cogió la salida equivocada; cuando por fin vio la calle le pareció una de esas pinturas que tanto admiraba. Pero al salir, las fatídicas puertas la arrastraron a un recuerdo que la paralizó por momentos.
...Al cuarto golpe la tiró por la escalera, la desnudó, la dejó en el rellano de las viviendas vecinas. Lo vió subir a casa con las piernas abiertas como un ogro. La rapó la cabeza con la máquina eléctrica al son de sus tinieblas machistas; empezó a darle patadas en el vientre, "ya queda poco", pensó ella. Y fue igual que siempre, hasta que no empezó a sangrar no se fue; todo igual, bajó las escaleras como desbocado y salió a la calle.
Cuando ya no había rastro de sus pasos, salió la abuelita que vive en el número 8 y la metió en casa tan rápido como pudo, la bañó y abrazó mucho. Lucia le contó que había ido por salir en bata al balcón. Pero la viejecita no decía nada, sólo lloraba todo lo que no podía llorar.
Aquella noche Lucía inventó una manera de vivir que no le dio más que zarapazos.

El trayecto de la vida

En mi visión acerca de una página cualquiera, mi imaginación se ha alternado con mis creencias personales, consiguiendo llegar a una reflexión filosófica la cuál está basada, ni más ni menos, que en mi vida, y dado el caso, ¿por qué no? En la vida de mucha gente como yo.
Así pues, para empezar tengo que añadir que lo que me ha venido primero a la mente ha sido un folio en blanco.
Desde mi punto de vista, dicho folio en blanco también indica la pureza de dicha persona a nivel moral, ya que el blanco siempre se ha vinculado con lo celestial.
Para mí esto significa bastante, ya que entiendo que mi vida es como un folio en blanco, es decir, todavía está por escribir al igual, supongo, que las vidas de mucha gente en el mundo entero.
Dicho folio no acababa ahí, sino que hacía ademán de seguir ya que estaba doblado por la esquina inferior derecha en señal de pasar página, lo cual da respuesta a lo que he dicho anteriormente: "Mi vida y la vida de mucha gente al principio es como un folio en blanco, pero desde el momento en que nacemos, ya todos estamos escribiendo un diario".
Este diario es, a mi parecer, es el trayecto que seguimos en la vida; y en mi visión de ese diario lo veía abierto y escrito. Esto no quiere decir que mi futuro, ni el de cualquier otra persona, esté encauzado a un fin o a un destino determinado, sino que - y voy a explicar por qué dentro de poco tiempo- se me ha aparecido en mi mente casi como un libro de un colegial, con su letra desaliñada pero legible; abstracta pero a la vez, concreta; infantil pero con una personalidad determinada.
Ésa era mi visión de la vida: un diario con cierto matices mundanos y coloquiales, pero que a la vez plasma su visión de la realidad de un modo absorvente y didáctico al igual que un libro de estudios; hecho inequívoco que obliga al lector a interesarse por la realidad circundante como si fuera un niño y, atraído por la curiosidad que le rodea, dejarse llevar como un colegial por los senderos que ñe depara la vida y el destino.

5 de marzo de 2007

Sin título

Se pasa los días cantando por Aute y Sabina en una ciudad que le pertenece hace apenas meses. Su bagaje, en guitarra querida, una camiseta de Extremaduro y un petate que guarde un tesoro. No puede evitarlo... Le siguen entrando carcajadas cuando le miran como si no tuviese nada. Hace tiempo se cercioró de que son ellos los que podrían guardar sus vidas en uno de esos cajones tan vacíos como sus almas.
También sabía de las heladas de noviembre, a pesar de ello seguía durmiendo al descubierto, hasta que una noche los cartones no pudieron arropar ni su cuerpo viejo, ni sus ilusiones. Y piensa que aquella noche, por fin, pudo hacerle el amor al viento.
Se pasó los cinco días maldiciendo aquel antro que odía a muerte. Nomás salir compró un Ducados y se fue a la puerta de los Dos Molinos, pues estaba al pasar Maica, que no le ha regalado más que miradas de desprecio, de asco, de indiferencia... incluso un día Felix creyó ver en su mirada algún resquicio de miedo. Y él, a parte del nombre, que le trae el recuerdo de su hermana que sigue en Gerona, le regala cada día una canción. Su voz y su guitarra se fundían amantes cantando "Alevosía" de Aute. Quizás así logre irritar a ese espíritu tan deseoso de libertades que anida en Maica.
Se pasa el día esperando las tres y media para verle bajar tan pizpireta por la calle de los Albores. Más ella sigue sin tener miras con él, ni con su armónica...
A veces imagina que Maica viva en un chalet de las afueras, con un caniche, una piscina, un marido repeinao y cientos de prisiones; una para los deseos, otra para los momentos que no "producen" más que palabras, caricias, carcajadas o lágrimas. Y la más grande, la más grande será la de los pensamientos. ¿Cómo puede encadenarse lo más libre que tiene el ser humano? En el mismo momento que supo que tipo de prisiones invadían su vida, Félix comprendió el porqué de sus miradas. Y aquel día, cuando salió del Hospital, sentado en la puerta de los Dos Molinos le entró una tos tremenda. Y al pasar Maica lo vio más arrengao que nunca, fumándose un cigarro a trompicones. Su canción, las notas de una embriagadora armónica y su mirada; todas ausentes. Félix buscó entre sus partituras y compuso para ella. Prendería las prisiones que te arrullan, le haría el amor a los diablos de ese amante que no te ama, lamería el fuego del infierno que te ahoga. Y tú, quizás sigas mirándome con desprecio.

Vivencia Matinal

Es un espléndido sábado de febrero y me dispongo a salir a la calle dicha mañana de invierno.
Después de una alocada y vivida noche de viernes la ciudad duerme. Sólo se pueden ver a algunos cuantos vehículos con matrimonios dentro de ellos dirigiéndose, no sé muy bien a dónde, tal vez a sus hogares después de una noche de copas.
Me fijo en la gente de la calle. Sus rostros parecen serenos, tal vez absorvidos por ese amanecer repentino, el cual, a mí parecer, a muchos les coge de improvisto.
La mayoría de los locales están cerrados, pero todavía por alguna esquina se puede contemplar a algún joven rezagado por la resaca nocturna.
Me detengo en los cines y me imagino la de películas sentimentalistas en las que la gente se deja llevar por sus pasiones más arraigadas y de vez en cuando echan alguna lagrimilla por sus curiosos ojos observadores.
Sigo andando a paso algo lígero hasta que llegado a un punto consigo deternerme delante de un local el cuál me llama la atención por la fachada tan psicodélica que presenta. Por lo que pude ver tenía pinta de ser una discoteca.
Litros y litros de alcohol para conseguir que la gente muestre sus afinidades más carismáticas y, al son de la música, conseguir que todo su cuerpo se deslice por entre la muchedumbre como una marioneta.
¡Cuántos amores primerizos, noviazgos y amigos se habrán conocido allí!
Pero también, ¡cuántas broncas y peleas habrán sucedido allí, cuántas enfermedades y malas jugadas habrán pasado el alcohol y las drogas y cuántos padres preocupados por sus hijos sin saber cuándo volverán a sus queridos y cálidos hogares!

¿Por qué a mí?

Estaba esperando el metro como todos los días para ir al laboratorio. No había nadie allí más que el de la ventanilla de información situada a la izquierda de mi banco pero no parecía prestar mucha atención a lo que pasaba en la estación.
Me dí cuenta de que el metro tardaba mucho y yo esperaba que llegara ¡todavía con sol! La verdad es que me parecía que el metro eran tan lento como una tortuga.
NARRADOR: Como a las once y cuarto, nuestro amigo se cansó de esperar. Se acercó a la ventanilla de información y preguntó: "¿Por qué tarda tanto el metro?".
A lo que el señor de la ventanilla respondió sin mucho interés: "Abra usted tomado la salida equivocada".
A las once y media llegó el metro, paró y abrió las puertas, subí rápidamente y llegué a la estación en la que quería bajarme. Salí rápidamente para subir por la escalera eléctrica y salí a la superficie porque hacia una hora que debía estar en el número 8 de la calle Ávila. Toqué el timbre y cual fue mi sorpresa cuando veo a mi jefe abrir la puerta en bata blanca y me dijo que se había pasado la noche en la zona de pruebas perfeccionando un robot que el mismo inventó.
El resto es otra historia.
FIN

16 pistas

Había una vez un paragüero que estaba situado en la parte izquierda de la puerta de la estación pero ya lo han quitado, supongo que por obras. Son como las once y cuarto del día de ayer, cuando, todavía con sol una tortuga se aproximaba hacía mí. Y yo que ensimismado de verla venir oigo a alguien acercarse y preguntó ¿Es suya la tortuga? A lo cual yo le respondí que sí. Poco después me dirigí a la salida equivocada porque las puertas eléctricas bajando por la escaleras eléctricas ya no funcionaban, era tarde ya.
Yo entonces me fui por otra y llegué a la estación en el número 8, allí me encontré con alguien en bata que decía que inventó la luna.

El tribunal

La sala se puso en pie, entro el magistrado a la sala con todos los honores propios de su cargo, blandió su mazo y dio comienzo la sesión, el magistrado era una persona con cara de pocos amigos, con la frente muy arrugada por el paso de los años y el pelo canoso delataban su avanzada edad.
_Silencio en la sala - decretó y su palabra se hizo ley para los allí congregados.
Dio un golpe con la maza sobre el escritorio de madera noble y con esto dio comienzo la sesión. El fiscal leyó los cargos que se le imputaban al acusado que permaneció impasible, tras múltiples objeciones del abogado defensor y luego el fiscal le interrogaron sobre los hechos que habían tenido lugar la mañana del diecinueve se septiembre. La acusación de asesinato pesaba como una espada de Damocles sobre el acusado este se defendía a duras pensa del duelo jurídico que ambos letrados mantenían y trataba de sortear las preguntas trampa que le enviaban. El acusado sólo deseaba que aquella tortura terminara de una vez, él era inocente y si estaba allí, era solo por un malentendido, maldecía a la jauría de fiscales que en vez de hacer su trabajo y buscar al verdadero asesino de su esposa le torturaban para detectar el menor fallo o incoherencia en su declaración, su abogada le aconsejó no contestar a más preguntas, y eso fue lo que hizo, el lobo, como había bautizado al fiscal se quedo con la miel en los labios. El tribunal decretó un descanso y se retiró a deliberar , aunque aún faltaba la fase de presentación de las pruebas el caso estaba casi encauzado en una dirección que no le era muy favorable al reo. El reo debía permanecer bajo la custodia policial por orden del juez para que no hubiera riesgo de fuga, estaba abatido con el cariz que estaba tomando la situación. Él no sólo había perdido a su esposa, sino que también iba a ir a la cárcel por un delito que no había cometido y los verdaderos asesinos seguían en libertad. Le trajeron una taza de café y su abogada y el policía y él se encaminaron de nuevo a la sala, tras aquel breve receso.
_Exponga la acusación las pruebas pertinentes - dijo el juez.
El fiscal exhibió el arma de crimen era un cuchillo de cocina todavía con restos de sangre que el fiscal aportó como prueba principal dado que tenía huellas. La abogada de la defensa protesto porque dado que ese cuchillo pertenecía a su casa era normal que tuviera sus huellas. El juez aceptó la protesta y anuló la prueba pricncipal, el lobo se quedó sin carnaza y ahora parecía un dulce perrito faldero. El reo sudoroso todavía en el estrado volvió a describir a la persona que vio moredeando por su casa. Miró la sala atestada de gente, los periodistas dispuestos de hacer de él un monstruo o una víctima según fallará el tribunal y el resto de curiosos y entre el público reconoció una cara, er aun individuo ataviado con ropa militar y con gafas de sol. Gritó desde el estrado.
_Es él, ese es el asesino - ni siquiera el guardia de seguridad pudo pararle, quedó sorprendido a todo el mundo, agarró al hombre de la pechera y le quitó las gafas, el hombre sacó un cuchillo y se lo clavó.
Despertó en el hospital todo había acabado habían atrapado al verdadero asesino que resultó ser un asesino en serie que ya había matado a más mujeres, se sintió alegre y triste al mismo tiempo, había perdido a su esposa pero por otra parte había limpiado su nombre.

¿Las 22:00?

Me apetecían unas pipas, a sí que me acerqué a la tienda de golosinas más cercana pero... ¡las 22:05! Cierran a las 22:00. Miré por encima del letrero y ví a la dependienta ya recogiendo, eran tantas las ganas que tenía de saborear unas pipitas saladitas, que a punto estuve de decirle a la chica que me abriera para darme una bolsa. Antes de desistir, eché un último vistazo a la tienda, al expositor de los deseados frutos del girasol, parecían recién puestas, crujientes, listas para comer... mmmm ¡tenía ganas de pipas! Era como un antojo.
Pasado el medio minuto aproximado que llevaba clavada en el escaparate, se aproximan dos jóvenes que venían paseando y hablaban de sus viejos tiempos, al cruzarme con ellas escuché que iban a comprar pipas, lo que me causó un poco de risa y dije irónicamente a mis adentros: "pues no será aquí donde las compres bonita". Que cosa será, que al darme la vuelta por instinto, las vi entrar en la tienda, quedándome en medio de la calle petrificada; me acerqué velozmente hacia la tienda y en efecto, ¡habían entrado! Pero... si la tienda cerraba a las 22:00, volví a mirar el reloj un poco despistada y me cabreé conmigo misma al descubrir que había mirado mal el reloj y no eran las 22:00 sino
¡las 20:00!

Las escaleras eléctricas inventan vidas

En un lugar de Extremadura de cuyo nombre no quiero acordarme había un piso izquierda habitado por una inquilina un tanto loca, pero que adornaba sus locuras con lecturas de amores descarnados y músicos de boleros, sobre todo en la estación de otoño y cuando las hojas caían de los árboles y todavía con sol bajaba las escaleras de su casa con un paso pausado como una tortuga. Como a las once y cuarto se levantó una mañana, salió de su casa y preguntó a una vecina por un parque no muy lejano de su hogar, no sin darse cuenta salió por la salida equivocada y dio mil vueltas; no encontraba el parque, llamaba a las puertas de los convecinos preguntando por un parque que los susodichos decían desconocer. Sin darse cuenta se vio subiendo por unas escaleras eléctricas que daba a unas puertas que sugería estar en el número ocho de la calle de la Entredicha. Entonces se dió cuenta que estaba en bata y pensó que para traspasar esa puerta debería vestirse de princesa o de heroína de las novelas que leía y emprender una largo viaje e inventó su próxima vida.

En blanco

Mi hoja tiene una arruga, le he dado tantas vueltas, también esta sucia, tiene una mancha en la que con un poco de imaginación distingo el número cuatro... casualmente pienso en las cosas que me unen a ese número. Cuatro es el número del unifamiliar donde vivo, también son los miembros que constituiamos esta familia, constituiamos y constituimos porque aunque mi hermano ya se fue a Madrid hace tiempo, parece como si no se hubiera ido gracias a internet y al teléfono. Cuatro es también el nombre de la cadena de televisión de la que me llamaron el otro día invitándome a participar en una especie de "reality", no sé si será verdad pero no tengo nada que perder si voy..., cuatro son los años que dura ahora la carrera que empecé y no acabo, cuatro es el número preferido de mi madre y cuatro eran los mosqueteros, cuatro también son los bordes de este folio.
¿Qué me sugiere un folio en blanco arrugado y manchado? Un número, el cuatro.

2 de marzo de 2007

Carta a Jacinto

Hola, Jacinto, supongo que me recuerdas, hoy voy a intentar explicarte de forma escrita cómo y por qué la gente se escribe cartas los unos a los otros.
Es una buena forma de llegar a los demás a pesar de las distancias. Nos sirve para proponer cosas que no podríamos proponer sin ese método. Uno además puede elegir la forma, el lugar e incluso el momento para ponerse a escribir algo para alguien. Es bastante común seguir una metodología para elaborar una carta. Por ejemplo, uno no puede escribir sin papel y bolígrafo. Además debe contarse con un lugar de apoyo y luz suficiente.
Las ideas son a posteriori, es decir, uno puede contar algo de muchas y variadas formas, y dependiendo del modo elegido haremos llegar el contenido de uno a otro modo.
Todas las cartas deben tener la estructura de principio o introducción, desarrollo o cuerpo, y final o conclusión.
Además las cartas para poder ser enviadas deben ser dobladas y depositadas dentro de un sobre en el cual pondremos la dirección del destinatario, o persona a la que se quiere enviar dicha carta y también la dirección del remitente, o sea la dirección del que escribe la carta para en el caso de no poder ser entregada, pues pueda ser devuelta a su dueño.
El sello es un dibujito con pegamento, el cual se pega en la parte superior delantera derecha del sobre. Este sello se compra y su valor significa la mayor o menor lejanía a donde la carta puede llegar.
La carta, además, no debe contener objetos metálicos u otros objetos susceptibles de ser detectados por el instrumental de correos. La carta no debe exceder un peso máximo de unos 12 gramos. Si se quiere se puede optar por otro medio de envío para volúmenes mayores como el sistema postal-express.

27 de febrero de 2007

Volver a nacer

Cáceres 27 Febrero 2007
Queridos todos:

Escribo esto como muestra de agradecimiento a los profesionales del CRPS y a los usuarios de los que he aprendido mucho.

Cuando entré en el Centro era una persona muy diferente de la que soy ahora, ha sido como volver a nacer, en el fondo soy el mismo pero ahora con ganas de vivir la vida a tope. Disfrutar de lo bueno al máximo y de lo malo, pues aprender lo que pueda e intentar afrontarlo lo mas sánamente posible, porque está claro que en la vida no son todo buenos momentos, la cuestión esta en afrontarlos siempre. Y la clave de todo esto está en uno mismo no en los demás; está claro que todo el mundo necesita ayuda en algún momento, sea largo o corto da igual, lo importante es dejarse ayudar y no pensar que porque te ayuden se va a solucionar si tú no pones nada de tu parte. Repito esa es la clave, dar lo mejor de ti. Con que sólo hagas eso habrás logrado mucho, porque casi siempre los resultados de esto se ven a largo plazo, pero siempre intentando dar pasos hacia delante.

Como usuario del Centro pasé épocas que dudaba si el centro me hacia falta o no, cuando en realidad de lo que dudaba era de mi mismo. En ningún otro lado hay gente como la que hay aquí, los profesionales del Centro valen su peso en oro, de echo si los vendes podrías montar 25 CRPS más y todos los usuarios irían en Mercedes.

Algo que también he aprendido es que aunque algo te dé miedo, ya sea hablar con una chica o chico o ir a comprar a una tienda o ponerte a estudiar o hacer mil cosas; si eso lo trabajas poco a poco y con paciencia puedes llegar a hacerlo con naturalidad e incluso ser bueno haciéndolo. Por eso ante los miedos hay que echarle narices, sin forzarse, y con ayuda si lo ves necesario, y acabarás viendo que la mayoría de ellos con el tiempo se convierten en algo fútil (esto lo he buscado en el diccionario) que viene a ser que no tiene importancia. Como confesión diré que personalmente mi mayor miedo ahora mismo es bailar, pero pienso ponerme manos a la obra, así es que, de aquí a 6 meses voy a ser el John Travolta del futuro, sino ya lo veréis…

Para acabar decir que contemplo la posibilidad de algún día recaer, es algo que a veces pasa, si ese día llega tengo claro lo q haré: luchar. Luchar por mi y poner de mi parte y se que lograré salir a flote otra vez porque tengo fé en mi mismo y también porque sé que tendré gente que me ayudará, tanto la familia como la gente del centro como los amigos… En esta vida todo tiene solución menos la muerte y la esperanza es lo último que se pierde.

Me gustaría también poner una frase que significa mucho en mi vida y que el día que la escuché se me quedó grabada, la dijo Pablo:

- Si juegas puede que pierdas, si no juegas pierdes seguro


Un saludo a TODOS, atentamente:

JuanSa

26 de febrero de 2007

Sin título

¡Querida madre! Te preguntarás que por qué te escribo éstas líneas; pues bien, es para contarte que entiendo el afán de comunicarse que tienen casi todas las personas de este planeta, puesto que el ser humano no está solo en el mundo y tampoco (ni mucho menos) es un ser antisocial. Y eso en todos los campos de la comunicación.
La gente necesita comunicarse y uno de esos medios de comunicación es la escritura.
Lo que podrás ver, mamá, es que ya no se lleva tanto escribir a mano como los llamados SMS que circulan todo el tiempo por Internet.
Desde mi punto de vista me parece mucho más romántico escribir una carta a mano que mandar un mensaje por el móvil.
Pero lo que sí es cierto es que siendo más antiguo o más moderno, lo que se puede decir es que ambas formas de escritura son igualmente admisibles, al menos por lo que a mí respecta. No sé a ti.
El mayor sufrimiento que puedes tener un ser humano es la falta de cualquier tipo de comunicación, ya se la escrita, como la hablada u otras formas; aparte de que además, la escritura se evoca a tiempos prehistóricos y es completamente universal, y, por supuesto, solicitada por todos y cada uno de nosotros.

Sin título

Estimado Señor Gómez, nos formuló una pregunta que el departamento de ruegos y preguntas sin duda le puede contestar, la respuesta es muy variada. La respuesta a por qué se escribe es la siguiente:
La gente para expresarse busca formas de hacerlo y una de ellas es la escritura. La cual revela mucho de la persona que escribe. Sirve para desahogarse, crean mundos imposibles, enriquecen el vocabulario, corregir faltas ortográficas, informan, etc.
Esperamos haberle sido de utilidad.

Atentamente:
Estevan Ivaldi, responsable de Información Portal.

P.D.:
Si tiene más dudas no vacile en comunicarlas.

Sin título

Querida Isabel:
¡Estoy tan preocupado desde que me contaste lo de tu madre!
... Que cada vez que te ve escribiendo le entran ardores, que de la poesía no se vive, que un día te vas a encontrar tus papeles en la calle! ¡Qué barbaridades, Isa!
Dile que son esos papeles los que te hacen volar sentada en tu sillón, que escribir es una necesidad. Dile que no es que pretendas vivir de la poesía, sino que para ti vivir es poesía. Cuéntale que en tus escritos no tendrás un refugio que ofrecerle a la luna; y que si los tira, tirará las alas de un artista.
Te quiere mucho,
tu primo Eduardo.

23 de febrero de 2007

¿POR QUÉ SE ESCRIBE?

Ya me llegó tu paquete, me ha gustado mucho el regalo, adornará muy bien el mueble del comedor ¡muchas gracias!
Respecto a la pregunta de por que la gente escribe, lo he estado pensando a fondo y la verdad, no lo sé, hay gente que supongo que lo hacen por descargarse o expresar sus emociones, otras en vez de escribir hablan, cantan, chillan o rompen cosas. La opción de escribir me parece muy acertada, pues expresar los sentimientos a través de la escritura dicen que es bueno.
Creo que la gente escribe para comunicarse, si te das cuenta ahora mi estoy comunicando contigo a través de una carta, las personas se escriben “SMS” a cada instante para decirse cosas; los libros de texto y lectura se escriben para comunicar o informar a la gente, y los de poesía… ¿por qué la gente escribe poesía?, si es lo que me querías preguntar, no te lo voy a saber responder a ciencia cierta, pero puedo responderte por mi. Yo la escribo con el objetivo de desahogarme, de soltar todo lo que llevo dentro, de esta forma consigo que salgan cosas que de otros modos nunca saldrían. Hay gente que dice que no vale para escribir, que son muy malos; yo pienso que todo el mundo debería por lo menos intentarlo, los habrá mejores, peores, pero como dijo Becker:
-Podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía-

19 de febrero de 2007

La carta

Aunque no lo habrás olvidado, te recuerdo que mañana estás convidada a pasar el día conmigo. No dejes de venir tempranito. Tenemos que charlar mucho. Aquel caballero se atrevió por fin, como se esperaba. No parece tan tonto como creíamos. Es muy juicioso y habla con formalidaad de casarse. Pero, con todo, no me conmueve; en cambio el otro tuno me da muy malos ratos. ¡Estoy furiosa conmigo! Mamá tiene razón. Pero ¡que le he de hacer! Como cantan en Carmen: Al que me quiere yo no le quiero... Siempre pasó lo mismo. En fin, hijita, estoy tan harta, que si esto sigue me dejaré querer o me casaré sin cariño, y trampa adelante. Acaso sea lo mejor; porque cuando una quiere de veras todos son disgustos.
Hasta mañana; no faltes, alma mía.

P.D. Tráeme algún libro que me interese.

Jacinto Benavente (Cartas de mujeres)

17 de febrero de 2007

¡Bienvenidos todos!

El viernes 16 de febrero comenzó el Programa de Escritura Creativa. En este primer encuentro hicimos la presentación de la programación. Y al mismo tiempo, nos conocimos todos un poco más. Ya empezamos con el primer texto: "¿Por qué se escribe?". Suerte a todos con el texto de la semana y ¡bienvenidos!