Hacía ya algunos años que nos hacía creer a
todos que dejaba el tabaco, pero todos sabíamos que seguía fumando, y era por
la mañana, a primera hora, cuando solía echar el primer cigarrillo. El resto de
la jornada le resultaba frustrante y protestaba por todo, sólo disfrutaba del
día a primera hora, desayunándose un dulce cigarro, que trataba de ocultar sin
éxito alguno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario