26 de marzo de 2007

Lentejuelas rubias

Estaba en un bar sentado, miré la mesa y había una mujer rubia y dos cubatas a la izquierda. Eran las 5 de la tarde y llevaba un vestido de fiesta... Pero qué me estaba pasando, lo último que recuerdo es que estaba en la estación, quería encontrarlo mas el día estaba todavía con sol.
Se hacía tarde y daba palos de ciego, así que me fui a la playa y estuve jugando con una tortuga.
Como a las once y cuarto de la mañana, fui hacia la ventanilla de billetes, de camino me encontré a la mujer del vestido de fiesta que se acercó y preguntó: -¿cuál es el tren que va a la luna?- Uppssss! Qué ingenua, nunca llegará a la luna, cogió la salida equivocada. Decidí seguirla pues aquella mujer me intrigaba mucho. La seguí por las puertas, no podía perder de vista aquel vestido de lentejuelas rojas; tropezó y casi se cae por las escaleras eléctricas. Allí estaba yo para socorrerla, ágil...rápido, tengo reflejos y en los deportes soy el uno, además vivo en el número 8 y soy más chulo que el... De repente la veo entrar en el servicio y después de esperar media hora, aparece sin la melena rubia y en bata. Resultó que esa mujer no era rubia sino pelirroja e inventó una forma de transformar la realidad, confundirme y jugar conmigo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

en estos dias aprendi a que los problemas mejor fuera que dentro.

Don Anonimo, yo, el charly