15 de marzo de 2007

¡Vaya excursión Sofia!

Le encantaba los animales, pero su última y más escamosa mascota, le costó una multa de quitar el hipo.
Era un día de primavera de esos días que hace tanto calor que la gente ya sale en manga corta, pantalones cortos, tirantes... ropa de verano, así que decicidió llevarse a Sofia a pasar el día en el campo. Cogió su maletín de trasnporte ya un poco viejo pues era de una antigua compañera de Sofi, y la metió en el coche, también su comida, agua y demás, ya que tener una mascota de estas características requiere muchos cuidados, una vez todo dentro, pusieron rumbo a alguna verde pradera donde Sofia pudiera estirar sus cortas patitas, dar unos coletazos con su larga cola y tomar el sol, pues le chiflaba.
Casi a punto de llegar al lugar donde Sofi iba a retozar, ésta se escapó del maletín y apareció en los pies del asiento del copiloto, al verla se agachó para intentar cogerla y en ese momento pasaron los verdes, pensó que no le habían visto, pero lo que no habían visto era conducir a nadie. Dieron la vuelta y le hicieron parar en el arcén, al bajar las ventanilla, me saludó y pidió los papeles un guardía civil muy educado:
_Buenos días, ¿me deja usted su documentación? ¿Sabes usted que no se pueden llevar las mascotas sueltas? Y mucho menos si es un saurio - dijo con tono sabiondo.
_Sí, si lo sé, se ha escapado, iba detrás en su transportador.
_Salga del vehículo comprobaré sus facultades -volvió a decirle en un tono de superioridad casi interrumpiéndole.
Antes de que le diese tiempo a abrir la puerta apareció el compañero con un aparato que más tarde reconoció y no fue por las palabras del primer picolo:
_¡Ah! Tras el capilarimetro, si, mejor le hacemos la prueba del alcohol directamente -vuelta otra vez ese tono de sabio.
Se dedicó a soplar cuanto le dijeron, sabía que iba a dar negativo.
_No va usted borracho, tiene los papeles en regla pero circulaba sin cinturón de seguridad y además también le podría multar por conducción temeraria -seguía con su tonito.
Eso sí que sonó con chulería,
_También le podría multar por... -así que le dijo:
_Pues pongame la que menos cueste-.
El guardia no dijo nada, le puso la multa, se despidió y se marcharon.
Cuando miro la multa y vio su iguana encima del asiento del copiloto sólo pudo decir:
_¡Vaya excursión Sofia!
(la pobre Sofía, que culpa tendría)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ola, what's up amigos? :)
Hope to get some assistance from you if I will have some quesitons.
Thanks and good luck everyone! ;)